Location: Bogotá, Colombia
Year: 2019
aREa: 9870 m2
El Colegio Lucila Rubio de Laverde es un proyecto educacional de escala metropolitana desarrollado en colaboración con peruana Nómena Arquitectura. Comisionado por la Secretaría de Educación, el proyecto resuelve un programa para mil estudiantes en un predio ubicado en el borde occidental de la ciudad, adyacente al sistema de humedales y a la ronda del río Bogotá. La geometría se compone de una plataforma de dos niveles a modo de claustro y una barra de crujía sencilla con vistas al humedal. El claustro conforma un borde activo y poroso que dispone una parte del programa para ser usada por los habitantes del sector, previniendo el uso de rejas o líneas de cerramiento en favor de un experiencia integradora del espacio público y la arquitectura con la comunidad. En el anillo se distribuyen las áreas comunes del colegio: auditorio, comedor, servicios generales y un centro de recursos educativos. Hacia el interior el programa abraza un patio central con espacios deportivos y de uso libre, que se replican en el nivel superior siguiendo la lógica de extruir el primer piso y programar la totalidad de las cubiertas. La circulación agrupa un sistema de graderías, balcones, escaleras y cubiertas transitables, enlazando los espacios intermedios y principales a través de un circuito de lugares para la interacción y el encuentro complementarios a los salones de clase.
Los salones se organizan en una estructura longitudinal aporticada de seis pisos que define un gran plano urbano. En los primeros niveles se ubican las áreas dedicadas a los estudiantes más pequeños, dejando los tránsitos más extensos para los estudiantes de secundaria. Este elemento se plantea como un volumen transparente, que incorpora espacios intermedios de doble altura y planos interiores translúcidos, a fin de flexibilizar la enseñanza formal y permitir que los salones se extiendan hacia espacios sin un uso definido. El revestimiento principal se hace en ladrillo, en línea con las posibilidades presupuestales y de mantenimiento para proyectos públicos, con aperturas controladas para protección solar en salones y espacios privados y planos en vidrio de piso a techo en espacios de extensión. El plano interior de fachada usa paneles metálicos microperforados para asegurar la ventilación y traer luz al interior de forma controlada sin perder transparencia
The Lucila Rubio de Laverde School is an educational project of metropolitan scale developed in collaboration with the Peruvian firm Nómena Arquitectura. Commissioned by the Secretariat of Education, the project serves a program for one thousand students on a site located on the western edge of the city, adjacent to the wetlands system and the Bogotá River ring road. The geometry consists of a two-level platform in the form of a cloister and a simple bar-shaped volume with views of the wetland. The cloister forms an active and porous edge, with part of the program designed for use by local residents, preventing the use of fences or boundary lines in favor of an inclusive experience that integrates public space and architecture with the community.
The building’s ring houses the school’s common areas: auditorium, cafeteria, general services, and an educational resource center. Inside, the program embraces a central courtyard with sports and recreational spaces, which are replicated on the upper level, following the logic of extruding the first floor and programming the entire roof. The circulation system combines staircases, balconies, walkways, and accessible roofs, linking intermediate and main spaces through a circuit of places for interaction and meetings, complementing the classrooms.
The classrooms are organized in a six-story longitudinal, colonnaded structure, defining a large urban plan. The lower levels are dedicated to younger students, while the longer circulation paths are allocated to secondary school students. This element is designed as a transparent volume, incorporating intermediate spaces with double heights and translucent interior planes, allowing the classrooms to extend into undefined spaces and making formal teaching more flexible.
The main exterior cladding is made of brick, aligning with budgetary and maintenance possibilities for public projects, with controlled openings for solar protection in classrooms and private spaces, and full-height glass panels in extension spaces. The facade’s interior plane uses micro-perforated metal panels to ensure ventilation and bring controlled light into the interior without losing transparency.